Antonio Banderas asegura estar en un buen momento: "Voy a cumplir 64 años y me encuentro muy bien". Después de pasar una temporada en Nueva York, ha vuelto a su casa de Málaga para preparar su próxima producción en el Teatro del Soho donde el próximo 6 de junio estrena Tocando nuestra canción, de Neil Simon.
Pero antes de la nueva cita en los escenarios, el actor malagueño tenía que celebrar un nuevo hito en su faceta como empresario en el mundo de la restauración: la inauguración de la nueva taberna El Pimpi en Puente Romano (Marbella). "He crecido en El Pimpi (calle Granada, 62, Málaga), allí llevaba a mis primeras novias y allí rodé El camino de los ingleses (2006) dentro de El Pimpi", cuenta Antonio Banderas a las puertas de este espacio con toda la esencia del local y la carta original.
Es allí, en la Marbella donde "nació mi hija Stella y ahora nace este Pimpi 2.0", como el propio actor escribió en los barriles que decoran, como en el Pimpi original, esta nueva sede, donde le "robamos" unos minutos para hablar de cómo se cuida y cuáles son sus aficiones en esta etapa de su vida.
- En 2017, sufriste un inesperado infarto. Antes, practicabas yoga, y sigues haciéndolo. ¿Ha cambiado algo la forma en la que te cuidas en tu día a día?
- Corro 8 km., cada dos o tres días excepto cuando tengo ensayos, entonces me levanto muy temprano y me acuesto tarde, no tengo tiempo. Como todo lo que quiero, aunque desde que tuve el percance con el corazón, como menos carne roja. Tengo que tomar mi medicación diaria, que me mantiene bien, aunque la última vez que estuve en el cardiólogo me dijo que no existía ningún indicio de que yo había pasado por esa crisis, y eso me ayuda mucho a pensar que no estoy haciendo las cosas mal. Lo que me ayuda a estar sano además es que tengo mucha ilusión por las cosas que estoy haciendo, eso me mantiene bien.
- En estos momentos, en los que se habla tanto de longevidad, de cómo alargar la vida y combatir el envejecimiento, ¿firmarías vivir cien años?
- No me apetece morirme, pero no sé si quiero vivir cien años, depende de cómo. Si son cien años donde has perdido la memoria, que para mí significa mucho y no porque yo viva en el pasado, pero sí me gusta recordar las cosas que he vivido, las personas que he conocido... Eso me alimenta el presente y me anima a seguir construyendo cosas. Si a partir de una edad se te desvanece el cerebro, he visto a mis padres entrar en esos terrenos y las miradas perdidas son muy duras, no quiero vivir así. Pero acepto que la vida es una película que siempre termina en tragedia.
- ¿Cuáles son los placeres a los que no renuncias?
- Mi mayor placer es mi profesión. En este momento de mi vida estoy tratando de convertir mi profesión en lo que fue, en mi hobby. Y para mí el éxito es hacer lo que quieres hacer como quieres hacerlo. Eso es lo que estoy haciendo. El Teatro del Soho es una empresa privada sin ánimo de lucro con la que estoy perdiendo dinero. La gente vive como si no fuera a morir, colecciona cosas que no se va a poder llevar, yo cuando me muera me da igual. Me preguntan por mi hija (Stella del Carmen, ), a mí mi hija me da igual, se busque la vida ella.
- ¿Y los viajes y la gastronomía?
- En cuanto a viajes, todos son de trabajo, viajo muy poco por placer. La última vez, cogí un coche con Nicole y otra pareja y nos fuimos a ver España: salimos de Málaga, estuvimos en Cáceres, Salamanca, cornisa cantábrica, Oviedo, San Sebastián, Cuenca... Visitamos catedrales, museos, buenas comidas, me gustó mucho. Viajar es cultura y viajar siempre te lleva a probar la gastronomía de los diferentes destinos, que es también una forma de cultura.
- ¿Tienes miedo al fracaso?
- Sí, claro que lo tengo, pero sé que el fracaso es una fuente enseñanzas. Cuando te das el guantazo aprendes de verdad y reflexionar cuatro veces más que si tienes un éxito cómodo y te aburguesas haciendo siempre lo mismo.
Fuente:https://www.telva.com/bienestar/2024/05/10/663de18202136e69148b45a5.html
